Era difícil pensar allá por el mes de agosto que el Sporting iba a ir este fin de semana a Lugo en una situación tan complicada y con las alarmas sonando como si fueran la sirena de los bomberos en un caso urgente. El equipo rojiblanco no puede permitirse más tropiezos, porque el riesgo aumentaría a unos niveles insólitos.
Uno de los debates de la semana fue el provocado por Sandoval, al echar de menos un líder, en una plantilla a la que le falta carácter. En el vestuario no agrada que se digan esas cosas, pero es la realidad. Desde que se fue Sastre, en la plantilla rojiblanca no hay un futbolista con peso específico y suficiente capacidad para abortar situaciones complejas. Y lo de la falta de carácter es una evidencia que se aprecia semana a semana.
Al margen de las carencias que el Sporting tiene en esos capítulos, la solución es única. Aquí sólo vale ganar. De nada vale decirlo durante la semana y hacer unos entrenamientos con una intensidad espectacular, si en las jornadas de verdad no se ponen los sentidos precisos para demostrar la superioridad teórica que tiene esta plantilla.
En las gradas del Ángel Carro, el Sporting va a tener un respaldo sobresaliente. Si el entrenador preparó convenientemente el partido, sólo falta que los que salgan al campo cumplan con lo suyo. Todos estamos deseando ver un triunfo y que la clasificación empiece a transmitir una imagen más alentadora.