El principal objetivo del encuentro ante el Mallorca se cumplió. El Sporting necesitaba ganar y sumó los tres puntos. El marcador no fue justo, porque un triunfo por la mínima y de penalti es sinónimo de victoria con apuros y no fue así. Hubiera sido mejor haber logrado una mayor diferencia de goles, pero lo prioritario era ganar.
Defensivamente, el conjunto de Abelardo funcionó casi a la perfección. Ofensivamente sobra ansiedad, se necesita algo de tranquilidad para finalizar las jugadas. Fue lo que pasó ante el equipo balear, además de destacar la actuación del portero Cabrero, quien evitó que el tanto llegara antes y que la victoria fuera raquítica.
Había cierto recelo por la presencia de Asensio, recientemente comprometido con el Real Madrid. Fue una decepción, porque el chaval apunta buenos detalles técnicos, pero se vio asfixiado por Luis Hernández. El trabajo de Meré y Bernardo fue extraordinario, con una labor inexpugnable, que permitió que Cuéllar fuera un espectador de excepción, lo que pocas veces ocurre.
Una de las notas positivas fue Hugo Fraile, a quien se le ve con desparpajo y profundidad. Es un futbolista a tener en cuenta con vistas a la próxima temporada. Acaba su compromiso en junio. Otra es Isma López, afianzado como lateral, con una buena proyección ofensiva, además del regreso de Nacho Cases.
El Sporting sigue en la lucha por la segunda plaza, a la espera de un tropezón del Girona. El próximo sábado toca un complicado Lugo, con mareona en el Ángel Carro. Es necesario otro triunfo.