El Sporting no pudo pasar del empate en la visita de la Unión Deportiva Las Palmas, en un partido con tensión y ambición por parte de los dos equipos. En la primera parte salieron mejor los canarios, pero en la segunda, los mejores méritos fueron de los rojiblancos, quienes no pudieron mantener la ventaja del gol de Juan Muñiz porque el colegiado permitió el empate canario en una jugada con un claro fuera de juego.
Los dos equipos combinaron la ambición con el respeto, en un partido de pocas ocasiones de gol, pero de cierta claridad. La imagen del conjunto gijonés fue muy aceptable, aunque hayan faltado algunos detalles para haber asegurado la victoria, que le hubiera puesto de líder. En cualquier caso, no se debe infravalorar a Las Palmas, que por algo es un aspirante sólido al ascenso.
En el partido decepcionó la actuación arbitral, aunque haya pitado un penalti a favor del Sporting. Es el primero de la temporada, por un agarrón claro de David García, que se permitió protestarlo. Luego, López Amaya lo pagó con los rojiblancos hasta desesperarlos. El tanto del empate se produjo en un claro fuera de juego de Hernán, además de haberse comportado con un criterio diferente en la decisión sobre las faltas.
La aplicación del reglamento por parte de López Amaya en las entadas que los canarios le hicieron a Ndi no es justificable. Dio la sensación de que el árbitro andaluz le tomó la matrícula porque el Comité de Competición le anuló la amonestación por no haberle pitado un diáfano penalti en Santander, que hubiera permitido el triunfo gijonés. Debería tener experiencia para matizar cuando el jugador se tira, finge o es derribado, pese a que Ndi tiene costumbre de adornar las caídas, lo que no es un buen hábito.
El de López Amaya fue un arbitraje desesperante. Otro más en la temporada. Y ya son muchos. En este caso, el andaluz evitó dos victorias gijonesas, con el error del penalti no señalado en Santander, sumado al de este encuentro.
La realidad es que el equipo transmite confianza, con una imagen esperanzadora. Este Sporting de Abelardo es ambicioso y tiene calidad. Se puede esperar mucho, pero sin presionarlo. De momento sigue ahí encaramado. Todo es posible.