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Channel: Sportingmanía
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De un plumazo

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Hoy es uno de esos días en los que te preguntas por qué el mundo puede tener momentos tan crueles. Se nos ha ido Joaquín Bilbao. De un plumazo. Sin previo aviso, en la flor de la vida.

Era una mañana gris, pero un infarto la convirtió en negra. Así, de un plumazo. El corazón se le resquebrajó al bueno de Bilbo, como le llamábamos en nuestro pequeño grupo de amigos. Tenía un corazón de oro, que dejó muchos corazones rotos por el dolor de un amigo, un compañero y una buena persona que se fue. Así, de un plumazo.

Con Joaquín Bilbao tuve la oportunidad de recorrer media España junto al Sporting, en numerosos desplazamientos para El Comercio, de los que podría recordar numerosas anécdotas, además de los episodios de trabajo en el día a día en Mareo o en El Molinón. Todos con buenos recuerdos. Fue el fotógrafo del último ascenso, el del Sporting y el de todo lo que tenía sabor a Gijón.

Bilbao llevaba muchos años ganándose el afecto de todos, de entrenadores, de jugadores, de dirigentes, de compañeros, de peñistas, de aficionados… de todo el mundo. Antes lo había hecho al margen del fútbol, en la hostelería, donde también tuvo una etapa. Por eso se le recordará con el cariño que generaba.

Como profesional siempre estaba dispuesto y bien predispuesto. Sabía cómo hacer las cosas, cómo mimar las fotografías y dar el enfoque preciso. Como profesional era de los mejores, pero como persona superaba el listón con mucho.

Ya no volveremos a repetir aquellos viajes, en los que no se iniciaba el regreso hasta que estaba enviada la última fotografía. Luego, ya en el coche, llegaban las llamadas telefónicas. A sus hijas, a su madre, de quienes siempre estaba pendiente. Y de lo que había que tener previsto para hacer a la mañana siguiente. Era un detallista. Con todo y con todos. Aunque el retorno acabara de madrugada, al día siguiente había que levantarse pronto para volver a empezar a primera hora.

No me lo puedo creer y quisiera no creerlo. Me gustaría pensar que Bilbao sigue ahí. De hecho lo pienso, porque no puedo hacerme a la idea que en el próximo partido de El Molinón habrá un espacio sin cubrir en la banda izquierda cuando el Sporting ataque para la portería del Piles. La triste realidad es que el mundo cambió de una forma cruel. Así, de un plumazo.


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